domingo, 16 de diciembre de 2012

Con semejante imagen, sobran las palabras.


Se considera el Guernica una de las obras más importantes del arte español, además de un estimulante de peso que nos recuerda el horror de la Guerra Civil. Ante la catástrofe del bombardeo a esta localidad vizcaína, la República encargó a Pablo Picasso inmortalizar el evento en pintura para nunca olvidar la gravedad de semejante masacre.

Desde hace casi un siglo, el inmenso cuadro ha viajado de París a Nueva York, de Nueva York a Madrid, pero ¿adónde pertenece realmente? Al igual que los británicos deberían devolver todas las riquezas que en su día arrebataron a los egipcios, entre otras civilizaciones, por pura consideración histórica y cultural, pedimos a la comunidad madrileña que sea considerada y respetuosa con el pueblo que emergió de sus escombros y derramó ríos de sangre.

El Guernica a Gernika, por favor. Sabemos cómo cuidarlo.

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